miércoles, 29 de agosto de 2007

"Carrera..."



Eran ya casi las 6:30, cuando ya estabamos todos, bueno, casi todos, esperábamos al Bryan que iba a dejar el pan y volvía. Mientras tanto, buscábamos que hacer después de que nuestra única diversión, se había caído en la casa de la Señora Luz…
Cuando por fin llego el Bryan, la decición final de como pasaríamos el rato, había salido de la boca de la Dagna. Me comienzo a dar cuenta poco a poco, de que en un simple juego de Ca-chi-pun, se definiría quien es el escogido para contarla. Mis manos tiemblan a medida que se van salvando todos de ser los escogidos. De pronto, una maldita tijera, hace que la piedra del Seba me condene a contarla. Rápidamente corro a la muralla de mi casa, como para quitarles algo de tiempo, y comienzo la decisiva cuenta. Cuando ya me acercaba al treinta, muevo mi pierna para verificar que nadie se esconda tras de mí, cuando estoy seguro, grito "Saliii", para que todos se preparen.
No hay nadie en todo el pasaje, y un silencio que me asusta, me hace percatarme de unas sombras en la esquina, que delatan el escondite de algunos desafortunados. Comienzo a avanzar, y en el portón de Don. Beto, veo la cabeza del Mauro que se asoma para buscarme. "Por el Mauro", grito fuerte para que sepa que tendrá que contarla en la próxima ronda…
Ya han pasado como diez minutos, me paro sobre mi sombra, miro hacia el pasaje y hago un conteo; El Mauro, El seba, La Dagna, La nicole, El Alier…pero…alguien falta. Estoy en la esquina de siempre. Miro hacia el camión del pasaje 1, creo ver a alguien, al dar un paso para acercarme, siento el grito de todos tratando de alentar al Bryan que corría desde la esquina opuesta. Comienzo a correr, ya casi el cansancio me vence, el viento se desliza por mi cara y pienso, no puede librarse. No hay nada mas en mi cabeza, solo falta un poco para llegar, el Bryan lleva solo un poco de ventaja mas que yo. Todos gritan, solo el Bryan y yo corremos. Un dos tres por mí y por todos mis compañeros! Grita el Bryan con toda la fuerza que le quedaba mientras todos celebraban, no hay nada mas que hacer….tendré que contarla de nuevo…

sábado, 25 de agosto de 2007

"El termino de un vuelo???"

Día 24.
Nunca tuve mayores problemas para moverme en el aire, al contrario, siempre podía confiar en los que me rodeaban, además, todos me vieron siempre como una de las mejores aves de todo los alrededores, que siempre tuvo clase para volar, que siempre encontraba los alimentos precisos, que siempre dirigió bien a la bandada, por eso siempre se dijo que yo merecía los mejores frutos, solo, que nunca llegaban…Así es como llegué acá, como todos me veían como uno de los mejores, como un ejemplo para las demás aves, sería el mejor para emprender el vuelo….
Son mas de 18 días que llevo viajando, y solo gracias a mi confianza y mi optimismo, podía llegar tan lejos como lo estaba ahora, sin embargo, los últimos dos días, habían sido los mas duros que había podido soportar, las fuertes tormentas, y el extraño cambio de las corrientes me hacían pensar que no podría llegar. Ya no podía confiar en mi entorno, se desvanecía poco a poco por una espesa neblina que me rodeaba y me deprimía, el hambre me quitaba todas las ganas de seguir mi camino, y solo podía confiar en mi par de alas, en ellas no podría dudar.
Solo necesitaba un rayo de sol que me diera esperanzas de seguir, solo un árbol que saliera de la neblina para tomar un poco de aliento, solo otra ave que me mostrara un camino que seguir. Pero nada aparecía.
El hambre me hacía descender poco a poco, sin saber donde caería, solo sentía las gotas de agua que reventaban en mis plumas mojadas y cansadas.
Solo una mirada mas, abría los ojos para encontrar algo, para creer que podía seguir, para encontrar esa motivación para seguir volando tan bien como todos creían que lo hacía. Y con el ultimo respiro que me queda, abro los ojos, miro y busco hacia abajo mientras desciendo. Algo resalta entre toda la neblina, una colorada figura me muestra un camino. Una solitaria, pero milagrosa Manzana me muestra el camino hacia la copa de un árbol para poder descansar mis alas.
Caigo cada vez mas rápido, el viento que alguna vez me acarició, ahora desgarra mi plumaje húmedo. La lluvia no se quiere detener, y uno que otro relámpago ilumina las densas nubes que no dejan de rodearme. Mis alas tratan de hacerme volar como antes, pero si ellas están mojadas y agotadas, no pueden levantarme. Solo esa discreta Manzana me hace seguir adelante, solo esa sabia Manzana me muestra un camino para seguir, solo esa maravillosa Manzana me hace estar consciente para que la caída no sea tan dura, mientras la lluvia continua deslizándose en mi plumaje por el roce del viento que se deja vencer por la gravedad…

Día 25.
A pesar de que mi corazón, mi incrédulo corazón, me decía que esa Manzana era la vía de escape, el camino a mi "salvación", pude, lamentablemente tarde, darme cuenta que no lo era. De que quizás toda esa alegría que me mantuvo despierto mientras caía, solo me la había imaginado, solo me imaginé esa Manzana que me salvaría, que me mantendría con vida pase lo que pase, que simplemente estaría ahí.
Pero no. Al parecer la Manzana no me guiaba a mí, no me buscaba, no me necesitaba, se mostraba mas radiante para otra criatura, no sé que pasara ahora sin ninguna forma de esperanzarme, sin ninguna luz que me mantenga con vida, sin ninguna Manzana…..


martes, 21 de agosto de 2007

Una dulce alegría...

Estaba mas apretado que nunca, y el calor era tan insoportable que sentía que si no llegaba luego se derretiría. Además, estaba mas cubierto que de costumbre, por alguna razón no veía nada, erpo solo sentía el movimiento, que en ocasiones, era un poco brusco.
En trayecto no duró mas de diez minutos, pero parecieron casi diez horas. Cuando sintió que se detuvieron, lentamente comenzó a sentir un desahogo mientras sus hermanos se separaban de su lado, y una luz que venía desde la parte superior le hizo saber que ya habían llegado al destino.
Lentamente trato de buscar su propio metro cuadrado, pero una repentina sensación de elevación lo asusto y lo despegó de su lugar. Era una mano fría, no muy grande, pero de una suavidad tranquilizante y tierna.
Su color naranjo brilló por la luz del sol que entraba por una de las ventanas, sintió que su olor a naranja se salía de su envoltorio, se sentía mas vivo que nunca.
Ella lo tomó y lo echó en su bolsillo derecho, junto con lo que parecía ser un papel, y unas monedas. Después de acomodarse se quedó ahí, asustado, entre la oscuridad y la presión del pantalón, pensando que todo terminaría en ese bolsillo….
Habían pasado casi dos horas, y tu mano lo sacó con un gesto de disimulo, como tratando de que no se note. Él te lo pedía, pero no se lo diste, te acercabas poco a poco a mí, te despedías de todos, pero yo sería el ultimo. No te perdí de vista, hasta que te paraste frente a mí y con tu mano tomaste la mía, te acercaste y me besaste en la mejilla, con una dulzura tan hermosa como el frugelet de naranja que me pasabas disimuladamente con tu pequeña mano. Lo tomé y fue el mejor regalo que pude recibir de ti, solo eso nesecitaba. Aun guardo el envoltorio, es lo único que guardo de ti, es esa dulce y anaranjada alegría que me diste…