El paso del tiempo

Fomingo. Hoy me sorprendí por dos cosas, primero, el almuerzo donde mi abuela Sonia, tíos, primos, son cosas que alegran el día. Entre a la casa, y lo primero que veo, es a ella. Más linda que la última vez, y mucho mas grande, creo que eso fue lo que mas me impactó. Y es que el tiempo pasa tan rapad, y más aun en alguien como ella, que cada día tiene cambios mas fuertes, si hasta hablaba, no mucho claro, pero al menos el “hola”, se le entendía clarito. Es extraño, pero tengo una singular conexión con los niños chicos que me hace recordar los apodos como “pedofilo” con el que me llamaba el Paolo. Pero me agrada eso, que los niños se sientan cómodos con mi presencia y no tener que escuchar los horrendos gritos y llantos…
Después, fui a tomar once donde mi Abuela Lidia, donde esta mi mamá y donde e ido cada domingo desde hace mas de un mes. Para mi sorpresa, no había ninguno de mis otros tíos, ni tampoco primos, solo mi mamá, mi abuela, y el Carlos (que prácticamente vive ahí). Como siempre, todo con un silencio agradable, me abuela mi Mami felices de verme, y pase a ver a mi Tata. Es aquí donde nuevamente me impacté. Mi Tata está enfermo desde finales del año pasado, o al menos, recién en ese entonces se percataron de la enfermedad, y aunque lo e visto mucho mas seguido que antes, hoy fue extraño, aun siento ese nudo en la garganta que se hizo al verlo, tan flaco como nunca, sentí como si esa persona no fuera mi Tata, ese que venia a verme con sus manos de grasa de auto, con mas de un trago en cima, fuerte y bueno para molestar. No, estaba en presencia de otra persona. No dije mucho, solo lo salude y le pregunte como estaba, ni siquiera podía hablar bien. Se quejaba de dolor de espalda, y es comprensible, alguien como él que se levantaba tempranisimo y que siempre se movía de un lado a otro, ahora sin siquiera poder cambiarse de posición, con mi abuela ayudándole en todo lo que pueda junto con mi Mamá, pero es poco lo que se puede hacer, el cáncer es un enemigo muy fuerte, y a estas alturas, demasiado difícil de derrotar, incluso para el imbatible Juan Puebla, mi Tata.
De a poco me acerque, le hablaba poco, pero no podía dejar de mirarlo, como tratando de encontrar a mi Tata en esa persona. Tratando de encontrar a ese que mágicamente podía mover sus bíceps dejándome atónito, en aquel personaje que necesitaba la ayuda de mi abuela para sentarse. Y en sus ojos lo encontré, siempre me llamaron la atención sus ojos, claros, firmes y seguros, y aun estaban ahí, en ese delgado cuerpo abatido y cansado…
Es increíble las cosas que me pueden pasar en un día, por un lado, la vitalidad y la fuerza de la Fernanda, una de mis primas más chiquititas, y por otro el giro de vida de mi Tata, que cada vez lo veo mas cansado, pero despierto de todo. No lo sé, me siento extraño, aun no se me desata en nudo de mi garganta, no quise demostrarlo frente a mi Mamí, pero al llegar a mi casa, no pude aguantar una que otra lagrima que se dejo caer. No sé que pasara en un futuro, solo espero que sea de la mejor forma. Por ahora, solo acompañar q quienes me rodean, así como me acompañan a mi. Gracias Familia, gracias primos, amigos Tamagoshi, a mi par de Alas, al gran Pantobilloman que no deja de ayudarme en todo momento, y a aquellos que veo menos que antes, pero que están e mi corazón tanto, o mas que en ese entonces…