martes, 18 de noviembre de 2008

siguiendo señales


Nunca antes había tenido que correr tan rápido. Ni siquiera estaba completamente seguro de que era lo que lo impulsaba, pero sabía que no podía detenerse.
Con toda su inmensidad, con su poderío y su fuerza, avanzaba sin importar que arrasaba con todo a su paso.
Estaba acostumbrado a desplazarse así, ya desde hace varios meses que se movía de un lado a otro corriendo o revoloteando como nunca antes lo había echo, dejándose llevar por sensaciones que lo obligaban a abrir sus Alas tan fuertemente que incluso llegaban a salir de su mundo como nunca antes había pasado.
Pero esta sensación era fuera de lo común. Se hinchaba y se movía sin parar. Era impulsado con un fin, e incluso una misión.
De pronto, algo comenzó a percibir. Algo escuchaba o sentía, pero no podía ver nada. Había cerca de él algo que también se movía, quizás, tan fuerte como él mismo, y eso lo inquietó.¿que tan fuerte podía moverse? ¿en que dirección iría?
A lo lejos, entre oscuridad y frialdad, comenzó a ver algo q se movía. Algo que agitaba el corazón y revolvía el estomago. Y que quizás a la misma velocidad, se acercaba hacia él.
Era demasiado tarde para detenerse, y tampoco debía hacerlo, solo de él dependía que todo este desorden, que todo este caos se detuviese, aunque sea de esta forma.
La oscuridad comenzaba a opacar el colorado resplandor que irradiaba, y el frío amenazaba con congelarlo, como ya había pasado antes, por lo tanto, ahora estaba seguro de que no podía dejar que su resplandor se apagara, además su inmensidad era irremplazable.
Avanzó sin cesar, sin detenerse, sin dudar, hasta cuando ya mas no pudo cegar sus ojos.
Nunca antes se había visto tal colisión en este pequeño gran universo.
El Amor sin caer, siguió su camino sin tener ninguna intención de detenerse…